25 de marzo de 2016

Redentor

Redentor.
- ¡Suelta! ¡Yo me encargo!
- ¡No! ¡Yo soy el responsable! ¡Yo lo hice! ¡Yo asumiré las consecuencias!
- ¡No seas porfiado! ¡Yo me haré responsable! ¡tú no soportarás el castigo!
-
Agotado por el forcejeo dejé de luchar y solté lentamente  los trapos asquerosos.
Con la vista nublada por el llanto me quedé tirado en el suelo mientras él se alejaba siendo arrastrado por los soldados y llevándose mi rebeldía, mi pecado, mi soberbia y todo lo demás.
Mi cabeza giraba entre el alivio que me produjo que se llevara toda esas porquerías y el asombro y gratitud por que tomara mi lugar.

Isaías 53:5